En ocasiones la realidad supera la ficción. Lo que hace 50 años parecía un sueño, el día de hoy es la rutina de muchas personas. Desde realizar compras por internet, hasta el simple hecho de comunicarse con un familiar que se encuentra al otro lado del mundo con solo presionar un botón. Así es, el ser humano ha logrado superar barreras importantes en el desarrollo de la sociedad. Al entrar en escena el descubrimiento del ADN por James Watson y Francis Crick en 1953, nos dimos cuenta que el ser humano podía ser comprendido a nivel molecular.

Proyecto Genoma Humano

Los genes son las unidades básicas funcionales y físicas de la herencia genética. En los seres humanos, el tamaño de los genes varía desde unos pocos cientos a dos millones de bases de ADN. El Proyecto Genoma Humano calculó que los seres humanos tienen entre 20,000 y 25,000 genes. Cada persona tiene dos copias de cada gen, una de cada progenitor y cuando existe una pequeña variación en su secuencia de bases de ADN, se le conoce como gen alelo. Estas pequeñas diferencias determinan los rasgos únicos de cada persona.

Cada célula depende de miles de proteínas para funcionar de manera correcta. Por lo tanto, si se modifica un gen, se genera una mutación y con esto un mal funcionamiento de la proteína. Esto puede causar que células y órganos pierdan su funcionamiento, pudiendo generar una enfermedad. Entonces, las mutaciones pueden generar enfermedades, no los genes en sí. Por ejemplo, cuando una persona dice tener “el gen del Parkinson”, en realidad lo que significa es que existe una mutación de uno o más genes relacionados con la enfermedad.

Genética e ingeniería, una combinación prometedora.

Al estar buscando soluciones para ese tipo de mutaciones, se desarrolló la ingeniería genética, la cual utiliza el ADN para modificar la composición de los genes de un organismo. Esto conllevo a la modificación genética, que busca alterar los genes mutados para así desarrollar un cambio en las características del individuo. La ingeniería genética ha logrado crear productos químicos mediante su tecnología, como lo son factores de coagulación, hormonas de crecimiento e insulina, la cual se solía extraer de los animales. No obstante, la modificación genética era costosa, muy lenta y de difícil acceso, por lo cual no resultaba viable. Fue entonces que se desarrolló una técnica que revolucionó la ingeniería genética en su totalidad. Surgió la CRISPR.

Virus contra bacterias: CRISPR

La CRISPR son una serie de secuencias de bases cortas repetidas y separadas de manera periódica en el material genético de una bacteria y una proteína denominada CAS, una proteína muy precisa. La CRISPR permite programar células vivas, inactivar genes y logra identificar secuencias de ADN con mucha precisión. Todo esto de una manera más sencilla, más económica y más accesible que las técnicas anteriores. Además, puede extrapolarse a todos los organismos, incluyendo a los humanos. Los alcances de esta técnica se hicieron ver en 2015, al lograr eliminar el VIH de células infectadas. Un año después se logró eliminar más del 50%  de todas las células infectadas en una rata de laboratorio.

En un futuro, esta tecnología podría eliminar enfermedades sin cura, como los retrovirus que se esconden dentro del ADN humano. También podría erradicar el cáncer, ya que la CRISPR podría mejorar el sistema inmune de un organismo y lograr eliminar aquellas células con reproducción anormal.

Corazón de cerdo en cuerpo de humano

La eliminación de enfermedades por medio de la modificación genética va a cambiar el mundo en un futuro muy cercano, aunque este año ya se comienza a dilucidar otra de las aplicaciones potenciales de esta tecnología. El 7 de enero de este año, David Bennet, una persona de 57 años de edad, se convirtió en el primer ser humano en tener un corazón de cerdo funcionando en su pecho. Esto se logró gracias a la modificación genética del embrión del animal, al inactivar cuatro genes del cerdo e introducir seis genes del genoma humano para poder engañar al sistema inmune y que el órgano no sea rechazado por el cuerpo humano.

El alcance de la modificación genética es inmenso. Las posibilidades a futuro son tan grandes que muchos consideran que esta tecnología definirá el futuro de la humanidad. Otros plantean los riesgos que existen al estar modificando el ADN y los posibles desenlaces, buenos y malos, que tendría la mejora del ser humano.

Todo esto no hace más que confirmar que en un par de décadas, la ingeniería genética comenzará a formar un mundo nuevo, donde las enfermedades genéticas y otras más podrán corregirse mediante la manipulación de los genes, logrando así una mejora de toda la humanidad.

BiosMeq

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